A la hora de realizar una acción
defensiva es tan importante el gesto a efectuar como la predisposición corporal
para llevarlo a cabo. La predisposición corporal que adopta el portero para la
realización de una acción defensiva es lo que podemos denominar “posición
básica”.
CONSIDERACIONES
El portero, a la hora de adoptar
la denominada posición básica, debe tener en cuenta una variable fundamental
para la correcta ejecución del gesto técnico: la distancia a la que se encuentra
el contrario con el balón.Teniendo en cuenta dicha distancia, ha de modificar varios
aspectos fundamentales de su posición corporal, como son:
• Las rodillas, más o menos
flexionadas.
• Las palmas de las manos,
mirando hacia las caderas o hacia el frente.
• El apoyo sobre las puntas de
los pies, más o menos acentuado.
• El grado de tensión corporal.
Variables de la posición básica
respecto a la distancia del contrario con el balón
La posición de las rodillas
En situaciones cercanas, la
posición flexionada de las rodillas del portero será más acentuada con el fin
de bajar el centro de gravedad de su cuerpo, siendo la flexión de sus rodillas
menor a medida que la distancia a la que se encuentra el contrario con el balón
sea mayor.
Cuando el contrario se encuentre
en posiciones cercanas o de uno contra uno, las posibilidades de que el balón
se aproxime al portero mediante trayectorias próximas al suelo serán muy
elevadas y el tiempo que tendrá éste para estirarse hacia el suelo será menor.
Por lo tanto, debe adoptar una posición más flexionada de sus rodillas, bajando
el centro de gravedad de su cuerpo de manera que le permita adoptar una
posición corporal más adecuada con el objetivo de afrontar dicha acción con
garantías y llegar al suelo lo más rápidamente posible en el caso de que
tuviera que efectuar una estirada.
De la misma manera, en distancias
medias o largas, teniendo en cuenta que el balón en su recorrido hacia la
portería tiene el tiempo suficiente para coger altura, no debe adoptar una
posición corporal tan flexionada, habiendo de situar su centro de gravedad a una
altura más compensada o equilibrada.
La posición de las manos y los brazos
El portero situará las palmas de
las manos mirando hacia las caderas o ligeramente hacia atrás cuando el
contrario se encuentre en posiciones lejanas, e irá girándolas, colocando las
palmas hacia delante, a medida que la distancia a la que se encuentre el contrario
con el balón disminuya.
En situaciones de uno contra uno
y en disparos muy cercanos, el portero no tendrá tiempo suficiente para situar
las dos manos en posición correcta para blocar el balón, debiendo efectuar un
desvío, normalmente con una mano. Por esta razón, en tales situaciones colocará
las palmas de las manos mirando hacia el móvil, de manera que pueda efectuar el gesto técnico
de desvío lo más rápidamente posible.
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